Para mí

Soy libre.

Libre para corretear entre los horizontes atemporales de un sueño roto. Libre para dejarme empapar el escote por la lluvia fría. Libre para sentir mi alma rota, clamando algo de paz. Libre para sentirme pequeña y temerosa. Libre para engrandecerme entre saltos y bailes. Libre para carcajear sin parar y sentir el rubor de mis mejillas invadirme.

Libre para tocarme sin pudor y sentirme tan mía como jamás le pertenecí a nadie. Libre para mordisquearme los labios al escuchar el erotismo de un piropo. Libre para hacer el amor en sueños y al despertar, reencontrarme libre. Libre para almacenar mis gemidos entre los pliegues más acuosos de mí misma.

Libre para pasarme la noche en vela, llorando y echando en falta a los orígenes de mis miedos y cóleras. Libre para no regañarme y ser mi más fiel consejera. Libre para escuchar una triste pianada que me haga hipar hasta la madrugada. Libre para abrazarme del frío y sentirme sola. Libre para no querer sentirme sola.

Libre para descansar todo un día y no recordar quién soy al despertar. Libre para imaginar unos omóplatos punzantes en mi almohada y un par de manos cálidas en mis caderas. Libre para formar con mi mente, a mi propio amante.

Libre para pasear y sentir el rocío de la mañana perfumar mi estancia. Libre para quemarme la lengua tomando café. Libre para usar un suéter enorme, de procedencia pícara. Libre para teclear lo que yo necesite soltar. Libre para ser visceral, atemporal, sentimental y mía.

Libre para recordar porqué no puedo amar. Libre para llevarme la contraria. Libre para resignarme y volverlo a intentar en un santiamén.

Libre, para echar en falta. Libre, para llorar sin ser juzgada. Libre, para ver más allá de cualquier límite. Libre, para luchar. Libre, para dejarme quebrar. Libre, para levantarme. Libre para amar, para olvidar, para besar y llorar, para tocar y aguantar, para reír y soñar, para irme y dejarme soltar…

Soy libre. Libre, para mí.